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jueves, 31 de enero de 2019

"La ciudad desolada" por Ransom Riggs



No bueeeno, ahora entiendo por qué tuve tanto tiempo este libro en el buró junto a mi cama. Algo me decía que no lo leyera, que no le invirtiera tiempo, que había mejores libros por leer, pero no mi estimado lector, mi deber con usted y con el mundo es leer las obras que se presentan en mi camino aunque esto implique una tortura (¡Sí, hablo de tu 1Q84 Murakami!).

Este es el clásico libro que crean los autores para prolongar su historia lo más que puedan, pero que si uno no lo lee, no pasa nada. Es como en la serie de “Crepúsculo” (Sí, leí todos los libros disculpe usted), donde podemos omitir “Luna Nueva” y “Eclipse” y entender perfectamente la historia al leer “Amanecer”.

Pero bueno, una vez que me desahogué con usted mi apreciable lector, le cuento de qué trata (ADVERTENCIA: si no ha leído “El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares” o no vio la película, no tiene caso que se quede en este post porque no tendrá los antecedentes de la historia).

El primer libro de la serie “El hogar de Miss Peregrine…” termina con la persecución de los niños peculiares por parte de los Wights, quienes recordemos son una especie de seres humanos que están a la caza del alma de los peculiares para que los “huecos” las consuman. Su bucle en el tiempo había sido invadido así que no podían regresar a él, por lo que tuvieron que huir de la isla hacia tierra firme y para colmo de males, con Miss Peregrine convertida en un ave.

La historia se sitúa justo en la época en la que se encontraba en pleno apogeo la II Guerra Mundial, por lo que además de cuidarse de los malhechores, debían tener cuidado que no les cayera una bomba. Al llegar a tierra firme después de una accidentada travesía, lo único que pudieron rescatar de sus pertenencias fue un libro de cuentos de historias peculiares, el cual creían que no iba a servir de mucho. Sin embargo, Miss Peregrine aún en forma de ave, les insistió en que leyeran uno de ellos, el cual trataba de un gigante de piedra y animales que hablaban.

Exhaustos y sin saber qué hacer, decidieron emprender su camino hacia Londres, ya que creían que podían encontrar otro bucle o a alguna Ymbryne que les ayudara a regresar a Miss Peregrine a su forma humana.

Durante el camino encontraron una piedra similar a la que se mencionaba en el cuento del gigante, por lo que decidieron acercarse e investigar más. Para su sorpresa, encontraron la entrada a un bucle que los transportó a otra época y donde hallaron a animales que hablaban… sí, como en el cuento.

Sin embargo, Miss Wren, la Ymbryne de ese bucle había tenido que huir por lo que los animales les aconsejaron continuar su camino a Londres, de preferencia en algún otro medio más eficaz como el tren.

Después de una serie de vicisitudes, como ser encerrados por gitanos y casi ser capturados por los malosos, pudieron llegar a una Londres devastada por la guerra. Siguiendo las instrucciones de Miss Peregrine y leyendo los cuentos, pudieron encontrar otros bucles y a otros niños peculiares.

Y así continúa la historia con la búsqueda de Miss Wren… lo más interesante y revelador del libro sucede en las últimas páginas, y sólo nos emocionan para dejarnos en ascuas y así obligarnos a leer el tercer y último (a Dios gracias) libro de la serie.

Como mencionaba con anterioridad, no me gustó tanto este libro como el primero, pero ahora voy a tener que leer el tercero para saber en qué termina todo el show.

Mi calificación subjetiva:



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