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jueves, 10 de noviembre de 2016

"La ladrona de libros" por Markus Zusak


Y con este libro, cometí uno de los más grandes errores que siempre le recalco que no haga... NO VEA LA PELÍCULA ANTES DE LEER EL LIBRO... ¿Por qué? Porque el libro tiene muchas páginas para describir a los personajes, los paisajes, detalles, vicisitudes y demás de la historia, los cuales en 120 minutos de una película no se podrían reflejar. 

Con esta lectura además, comprobé lo que ya sabía: NO TENGO CORAZÓN, o tal vez sí pero es muuuy selectivo. Mi amiga Liz me dijo que desde que leyó el primer capítulo de este libro lloró y lloró por lo triste de la historia... yo llegué al final y ni una lágrima se derramó por mi angelical rostro (JAJAJAJAJA).

La historia comienza en 1938 cuando Liesel Meminger, una niña de nueve años, quien viajaba con su mamá y su hermano Werner a su nuevo hogar (ella y su hermano serían llevados con una familia adoptiva), es testigo de la muerte del pequeño, a quien tuvieron que enterrar en un lugar cercano en donde se encontraban y donde comete su primer hurto al tomar "prestado" el Manual del Sepulturero. 


Los Hubermann (Rosa y Hans), serían la nueva familia de Liesel, los cuales vivían en un pueblo cercano a Munich. Hans se dedicaba a pintar casas y Rosa era un ama de casa muy malhumorada, y a quien las muestras de cualquier tipo de sentimiento se le hacían bastante ridículas. Liesel tuvo que acoplarse a su nueva vida y a sobrevivir las pesadillas que la acongojaban todas las noches, donde revivía la muerte de su pequeño hermano.


Liesel además tuvo que sortear con todas las contrariedades que implica entrar a una nueva escuela, porque aparte de no conocer a nadie, no sabía ni leer ni escribir, lo cual también provocó que fuera objeto de burlas.

Hans, acompañaba todas las noches a Liesel cuando ella se despertaba por sus pesadillas, y para tranquilizarla le leía el Manual del Sepulturero (¡Vaya bonita historia para conciliar el sueño!) y le enseñó poco a poco a leer y escribir.

Liesel se hizo amiga de Rudy, un niño que era su vecino y quien se hizo "famoso" por pintarse de negro y escapar de su casa para correr como Jesse Owens, (haga usted el favor, en pleno auge del nazismo). Liesel y Rudy compartían mucho tiempo juntos y se volvieron cómplices de muchas actividades lícitas e ilícitas (como robar manzanas, libros, etc.)

Todo transcurría lo "normalmente" posible, considerando que el líder de Alemania era ni más ni menos que Hitler... hasta que un día un muchacho se apareció en la casa de los Hubermann... Max.

Max era hijo de un amigo de Hans, con quien combatió en la primera guerra mundial y quien sin saberlo, le salvó la vida al proponerlo para escribir unas cartas, y gracias a esa actividad, se salvó del destino que sufrirían sus demás compañeros.

Max era judío, y no tenía otro lugar al que acudir. Hans sin pensarlo, le dio asilo y lo escondió en el sótano de su casa. La vida de los Hubermann transcurriría a partir de entonces con una tensa calma, ya que nadie debía saber su secreto.

Liesel y Max se hicieron buenos amigos. Max le escribió algunos cuentos a Liesel y ella le leía libros, compartían sus sueños y pesadillas, y trataban de hacer lo más llevadero posible los días...

Hasta aquí puedo contarle mi estimado lector, porque si me sigo, prácticamente le contaría todo el libro jeje, lo que sí le puedo decir es que le esperan páginas de sufrimiento, de tristeza y de enojo.

Creo que muchas veces hemos leído historias de la segunda guerra mundial desde la visión de la comunidad judía y del sufrimiento que tuvieron que pasar por un tipillo loco y chimpleto con ansias de poder, pero este libro en particular, me gustó porque tenemos la visión de una familia (Los Hubermann), cuyo hijo (eso no se lo había contado) estaba en las filas nazis, y que aun así, no eran fans de Hitler, pero no tenían otra opción más que tratar de sobrevivir y de aparentar estar de acuerdo con sus decisiones, ya que de lo contrario, se enfrentarían a castigos y otras repercusiones (como ya lo leerá).

Resulta además irónico, que estemos hablando de Hitler como uno de los peores hombres que existió sobre la faz de la tierra, justo unos días después que otro hombre chimpleto, loco, misógino, fanático, llega a la presidencia del país más poderoso del mundo... Por eso es necesario conocer de historia, para no volver a repetirla (que Dios nos agarre confesados).

Le doy 4 estrellas en mi escala subjetiva y ¡ya casi lo logramos! ¡Estamos a 2 reseñas de llegar a la meta!


Por cierto, este libro me lo prestó mi hermana quien poco a poco va formando también su biblioteca.

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