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martes, 11 de abril de 2017

"Por trece razones" por Jay Asher




En pocas palabras... no me gustó.

Es probable mi estimado lector que haya visto o esté viendo la nueva serie de Netflix llamada "13 reasons Why", la cual después de leer el libro en el que se basó, no me dan nadita de ganas de verla (aunque dicen que el soundtrack es muy bueno).

Y es que no sé si:
A) Ya estoy rukis
B) La "juventud" actual está deprimida
C) Tengo amnesia
D) Todas las anteriores

La trama del libro es muy simple: Hannah Baker decide suicidarse, no sin antes grabar una serie de 7 cassettes (¿Cassettes? ¿Por qué no dejar una USB, CD,  o subirlo a la nube?), explicando 13 razones por las que decidió tomar esa decisión, por lo que se le ocurre enviar esos cassettes a las personas que ella considera fueron los protagonistas de las historias que hicieron que pusiera fin a su vida, con la consigna que una vez escuchadas las 7 cintas, las deberán enviar a la siguiente persona que aparece en su lista, ya que de lo contrario, otro juego de cassettes estará listo para ser dados a conocer a todo el que quisiera escucharlos... FIN.

Con esa premisa, uno cree que las razones por las que Hannah decidió suicidarse eran muy graves y fuertes, pero conforme uno las va leyendo se queda con la cara de ¿¿¿Really??? ¿Por esa razón decidió suicidarse? Bajo ese principio, los libros de Ildefonso Falcones tendrían sólo 20 páginas, ya que con tanta tragedia, los protagonistas se matarían de buenas a primeras.

Me preocupa (tal vez por eso elijo la opción A), que este tipo de libros sea muy popular (que hasta lo conviertan en serie) entre la "juventud", ya que realmente sus benditas 13 razones, en mi humilde opinión, son muy absurdas, y esto puede dar a lugar a que los chavitos desorientados y deprimidos vean el suicidio como una salida fácil. Y es que pareciera que los libros que les atrae a esta generación deprimida, siguen ese estilo (Las ventajas de ser invisible, Bajo la misma estrella, etc.).

No sé si Ud. mi estimado lector comparta mi opinión, pero yo recuerdo que en mi época de Secundaria y Preparatoria los rumores, chismes, burlas, eran cosa de todos los días, a veces eras la víctima a veces el verdugo, pero de un buen enojo, sonrojo o risa no pasaba. En temas del amor y desamor, queríamos cortarnos las venas con galletas de animalitos, y pensábamos que habíamos perdido al amor de nuestra vida y moriríamos de tristeza (cosa que no pasó), entonces al leer estos libros y ver la popularidad que alcanzan, me da miedo, mucho miedo. Miedo que estemos educando generaciones frágiles, que se rindan de buenas a primeras, que acostumbradas a arreglar su vida con un botón, no sepan qué hacer antes las vicisitudes que se les presentan, y además como se plantea en este libro, quieran echarle la culpa a los demás por sus decisiones...  En fin.

Le doy dos estrellas al libro, nomás porque es una buena lectura para cuando uno está aburrido en el baño.

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