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miércoles, 5 de agosto de 2020

“To kill a mockingbird” by Harper Lee



 Yo sé que no tengo perdón de Dios al no haber leído este libro antes, pero como lo he mencionado en otras publicaciones, no hay una secuencia lógica en la elección de mis lecturas y en esta ocasión tuve la oportunidad de leerlo gracias a que forma parte del acervo de mi bookdealer Anahí 🙂

La historia se cuenta desde la perspectiva de Jean Louise mejor conocida como Scout, una niña de 6 años que vivía con su hermano Jem de 10 años y con su papá Atticus en un pueblo en Alabama, en los años de la “Gran Depresión”. Atticus era viudo y además ejercía como abogado penal, por lo que aunque la mayor parte del tiempo estaba ocupado trabajando, trataba de no descuidar a sus hijos y de darles lecciones de vida.

Un verano, conocieron ella y Jem al sobrino de su vecina, quien pasaría las vacaciones con su tía. El apodo del niño era Dill, y con él, se dedicaron a investigar el misterio de “Boo” Radley, quien era su vecino y se contaba que llevaba años sin salir de su casa, lo cual hizo que idearan planes para tratar de verlo o hacer algo para que saliera.

Lo hermoso de ser niños, es que las vacaciones podrían dedicarlas a esa clase de aventuras banales, sin darse cuenta de los acontecimientos que conmocionarían a su comunidad.

En ese entonces, Atticus estaba en medio de un juicio que estaba a punto de llevarse a cabo en contra de Tom Robinson, un joven afroamericano quien había sido acusado de violar a una joven blanca llamada Mayella Ewell. Atticus estaba convencido de la inocencia de Tom, por lo que estaba trabajando en reunir todas las evidencias para probarlo. Sin embargo, la gente lo llamaba despectivamente “nigga-lover” por haber aceptado defender a alguien de “su calaña”, aún cuando todos en el pueblo sabían que los Ewell era una familia no muy confiable y cuyo lema era realizar todo con el “mínimo esfuerzo”. Pero eran “blancos” y por lo tanto sus argumentos eran más creíbles aún cuando la evidencias demostraban lo contrario.

Jem y Scout, aún en contra de la voluntad de su padre, estuvieron presentes en el juicio, y aunque había cosas que no entendían, se dieron cuenta de lo “parcial” que podría llegar a ser la justicia dependiendo del color de la piel del acusado…

Desde que el libro se escribió, algunas cosas han mejorado. Las personas de “color” han demostrado que son exitosas en muchos rubros: la música, el deporte, la actuación, entre otros. Barack Obama hizo historia al ser electo como el primer presidente afroamericano del país más poderoso del planeta y aún así, uno lee esta historia y no parece ser que hayan pasado 60 años desde que se escribió. No hace mucho, el caso de George Floyd, el cual fue asesinado por un policía mientras estaba siendo arrestado, causó indignación en todo el mundo, debido a que el color de piel continúa siendo un diferenciador en la impartición de justicia. Está en nosotros tratar de cambiar la historia, de manera que cuando leamos este tipo de libros, lo veamos como algo ficticio y no como el reflejo de una realidad que no ha cambiado a lo largo del tiempo…

Mi calificación subjetiva:



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