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martes, 4 de agosto de 2020

“Brooklyn” por Colm Tóibín

 


Este título lo tengo desde hace tiempo en mi lista de películas por ver en Netflix, y ya sabe cómo es esto de la procrastinación que hace que lo “dejemos para luego”, aunque en este caso fue bueno ya que este libro fue uno de los que mi “Book dealer” Anahí me prestó, así que preferí primero leerlo (y por cierto apenas me enteré que la adaptación cinematográfica obtuvo 3 nominaciones al Oscar, entre ellas a “Mejor Película”, y yo ni en cuenta).

Eilis es una chica de origen humilde que vivía en un pueblo de Irlanda con su hermana mayor Rose y su mamá, allá por la década de los 50. Eilis era muy buena en matemáticas y tomaba cursos de contabilidad esperando encontrar con ello un trabajo que ayudara a la manutención de su casa, ya que Rose era quien solventaba la mayoría de los gastos.

A Rose le gustaba practicar golf en su tiempo libre, y gracias a ello pudo conocer y hacer “migas” con gente de toda índole. Una de esas personas que conoció se trataba del padre Flood, quien se encontraba de visita en Irlanda ya que la parroquia en la que oficiaba se ubicaba en Brooklyn. Cuando Rose le contó sobre las habilidades de Eilis, el padre Flood le propuso que se fuera a vivir a Estados Unidos, ya que podía encontrar mejores oportunidades laborales.

Eilis aunque al principio estaba un poco reacia a irse, decidió emprender el viaje al otro lado del charco. Cuando llegó a Brooklyn, se hospedó en una casa propiedad de una señora irlandesa quien rentaba habitaciones a señoritas oriundas de ese país. Gracias a la influencia del padre Flood, Eilis consiguió un trabajo en un gran almacén como vendedora, y por las noches estudiaba para certificarse como “contable”.

Aunque al principio le dio el “síndrome del Jamaicón” y extrañaba su casa y a su familia, poco a poco fue entrando a una rutina que le permitió adaptarse, hasta el punto de conocer a un “galancillo” de origen italiano. Sin embargo, el recuerdo de su país seguía latente en todo lo que hacía…

La historia es hasta cierto punto bastante simple y el libro se lee muy rápido. Me gustó al principio ya que me imaginé como una versión Neoyorkina de “Velvet”, ya que Eilis trabajaba en un almacén e intentaba acoplar su vida “pueblerina” a una gran ciudad con todos los vicios y virtudes que ello implicaba. Pero el final me quedó a deber. Hasta pensé: ¿no se le habrán caído unas hojas al libro? Con 1 ó 2 hubieran sido suficientes. Aunque para mi consuelo, dice Anahí que vea la película porque en ella se reivindica la historia, así que eso haré y le contaré mi impresión por Instagram.

Mi calificación subjetiva:



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