Fondo

viernes, 6 de noviembre de 2020

“White is for witching” by Helen Oyeyemi



¡Híjole! Le mentiría si le dijera que le entendí completamente a esta historia, ya que aparte de estar fumada, está estructurada de manera extraña, sin capítulos y en lo personal, me causó mucha confusión, así que haré mi mayor esfuerzo para explicarle de qué trata, pero de una vez le digo, pase de largo con este libro.

Miranda y Elliot eran unos gemelos adolescentes que vivían con su papá Luc. Su mamá, Lilly, quien era fotógrafa, murió cubriendo una nota periodística en Haití, por lo que sólo vivían ellos 3 en una casa que había pertenecido por muchos años a la familia de Lilly, y al ser un inmueble muy grande, Luc había decidido convertirlo en un pequeño hotel de estilo B&B donde ellos vivían en las habitaciones superiores.

A partir que Lilly falleció, Miri se vio muy afectada por ello, por lo que tuvo que pasar un tiempo en un hospital psiquiátrico. Al salir, tuvo que tratar de encajar de la mejor manera a su nueva realidad, y qué mejor forma de hacerlo que buscando una universidad a la cual ingresar. Para sorpresa de muchos, fue admitida en Cambridge (a diferencia de su hermano), y se mudó en cuanto pudo al campus.

Ahí conoció a Ore, una chica que se volvió la única amiga/conocida/o persona con la que llegaba a hablar. Miri sufría de un trastorno llamado “pica”, que le hacía querer comer cosas que no eran comestibles, y por ello, su peso había disminuido considerablemente en los últimos meses, lo cual había preocupado a sus profesores y a su papá, por lo que decidieron que descansara un tiempo de la escuela y regresara cuando se encontrara estable.

Sin embargo, y aquí es donde me perdí, aparentemente en la casa seguían estando presentes las almas de las antecesoras de los gemelos: su mamá, su abuela y bisabuela, que al parecer eran brujas y buscaban que Miri se uniera a su “club” y que les llevara “carne fresca” para continuar con su aquelarre…

Como le comentaba, eso es lo que entendí. De por sí leer en otro idioma es complicado y además leer una historia fumada y sin pies ni cabeza, lo hace aún más difícil. ¿Me asustó? ¡No! y para nada me gustó, y si usted ve este libro, aléjese lo más rápido que pueda y cuénteselo a quien más confianza le tenga.

Mi calificación subjetiva:



No hay comentarios:

Publicar un comentario