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martes, 26 de marzo de 2019

“La mujer en la ventana” por A.J. Finn



Ooootra vez la vecina chismosa hace su aparición, y es que al puro estilo de “La ventana indiscreta” de Alfred Hitchcock, la protagonista de este libro desde su casa observa y está pendiente de la vida de sus vecinos, hasta el punto de conocer la hora en la que salen de sus casas y en la que regresan; a qué hora comen; si la vecina le pone los cuernos al marido por la tarde o por la mañana; a qué hora salen por el pan, si compran conchas o mantecadas… y la información que desconoce, la inventa o la busca en las redes sociales (Ay nanita).

Anna Fox, AKA la vecina chismosa, sufre de agorafobia, dícese el miedo a los espacios abiertos, y por tal razón, se encuentra confinada en su casa donde con su cámara Nikon con un lente súper potente, espía a sus vecinos.

Esta condición es “reciente”, ya que anteriormente ejercía como psicóloga especialista en niños y estaba casada y con una hija. Lo que se sabe es que se separó de su familia y que a raíz de tal acontecimiento es que desarrolló ese miedo irracional a salir de su casa.

Aunque se encontraba bajo prescripción médica, le gustaba también “empinar el codo”, por lo que se tomaba sus pastillas acompañada de una botella de vinito, bueno, cuando se acordaba tomárselas, porque a veces se le olvidaba y para compensarlo aumentaba su dosis, por lo que prácticamente se le podía encontrar en tres estados: ebria, dopada o cruda.

Debido a su confinamiento, sus pasatiempos (además de embriagarse) consistían en jugar ajedrez en línea; dar consejos médicos en un foro especializado en agorafobia (Oilaaaa); tomar clases de francés on line; ver películas clásicas y… espiar a sus vecinos.

En una de las casas que se situaban enfrente de la suya, se muda recientemente una nueva familia: los Russel, que estaba conformada por Alistair, el papá; Jane, la mamá e Ethan el hijo adolescente. Una tarde, Anna recibe la visita de Ethan, quien le lleva una vela decorativa que le manda su mamá. Anna percibe a Ethan como un chico tímido, con pocos amigos e introvertido. Él le cuenta que su papá es muy estricto y no le deja tener celular, ni correo electrónico (¡Wow, un adolescente no tecnológico en pleno siglo XXI!), y que en su ratos libres, da clases de natación a niños con discapacidad (O sea, toda una joyita el chamaco).

El día de Halloween, unos niños malosos se aprovecharon del encierro de Anna para lanzar huevos a su casa. Ella furiosa, trata de hacer algo (gritarles, aventarles la chancla voladora, o lo que sea) y decide abrir la puerta de su casa para que vieran que era en serio, pero su agorafobia se hace presente y se desvanece en la entrada. Afortunadamente un alma caritativa pasaba por ahí y la ayudó a regresar a su hogar. Era una mujer que no había visto por el vecindario. Ella le mencionó que se dirigía a la casa de los Russel, por lo que Anna infirió que se trataba de Jane, la mamá de Ethan. Aprovechando la inusual visita, Anna y Jane platicaron por un rato, mientras jugaban ajedrez y tomaban unas copitas. Jane aprovechó para mostrarle a Anna una foto de Ethan cuando estaba más pequeño.

A los pocos días, Anna continuando con su rutina de espiar a los vecinos, se da cuenta que algo raro pasa en la casa de los Russel, ya que al parecer hay una discusión acalorada que culmina con Jane siendo apuñalada, por lo que ni tarda ni perezosa llama a emergencias para decirles que a su vecina la habían herido, pero como se encontraba medio “happy”, no se le entendía muy bien lo que quería decir. Desesperada por no poder hacer algo más, intentó salir a ayudar a Jane, pero en el camino sufrió una de sus crisis y nuevamente no supo de sí.

Horas más tarde, despierta en el hospital y se da cuenta que hay policías que la custodian. Ella pregunta sobre el estado en el que se encontraba Jane, a lo que le responden que no había nada raro en la casa de los Russel, que probablemente lo que vio eran alucinaciones causadas por su mezcla de pastillas con alcohol.

Anna está segura de lo que vio, por lo que intenta probarles a todos que es cierto, así que comienza a acosar a los Russel hasta llegar al punto en el que los policías le brindan una visita de cortesía para ponerle un alto y explicarle que Jane Russel está viva. De hecho, Jane se presenta en la casa de Anna junto con su esposo, pero cuando ella la ve, resulta que se trata de una mujer totalmente diferente ¡a la que había conocido!

¿Será verdad que ya se le zafaron dos tornillos? ¿Esa mujer que se hace llamar “Jane Russel” es una impostora que trata de suplantar a la verdadera Jane que fue apuñalada? Chan, chan, chan, chaaaaaaaan.

Déjeme le cuento que varias teorías que tenía sobre la historia fueron ciertas, pero eso no le quita que de repente saltara del susto y que mis hijos terminaran viéndome raro porque le gritaba al libro (jajaja, la locura se pega).

En conclusión, me gustó el libro.

Mi calificación subjetiva:



martes, 19 de marzo de 2019

“Un extraño en casa” por Shari Lapena



Imagine esta escena amable lector: usted se encuentra como todas las noches en su casa, preparando la cena tranquilamente cuando de repente ¡Pum! Obscuridad, silencio… corte a: se encuentra malherido, en una cama de hospital y sin recordar cómo llegó ahí (OMG!)… Pues justo así empieza esta historia.

Tom, es un joven contador, quien tiene poco tiempo de casado y como todas las noches, llega de su trabajo esperando encontrarse a su esposa Karen, sin embargo, se da cuenta que la puerta de su casa está abierta, las luces encendidas, la cena a medio preparar y ningún rastro de su esposa. Lo raro de esta situación es que no se llevó ni celular, ni bolsa, nada… como si de repente hubiera surgido algo inesperado y urgente que la hubiera obligado a irse.

Tom se queda muy preocupado y le llama a los amigos de Karen para saber si alguien conoce de su paradero, pero nadie sabe nada de ella, así que decide llamar a la policía. Al poco rato, se presentan unos agentes para informarle que Karen había sufrido un grave accidente automovilístico, ya que al parecer, iba conduciendo a muy alta velocidad por una de las zonas más peligrosas de la ciudad; se pasó un semáforo en rojo, perdió el control y chocó.

Tom acude inmediatamente al hospital, mientras que muchas preguntas rondan por su cabeza: ¿qué es lo que pudo haber pasado para que su esposa estuviera en una parte de la ciudad caracterizada por no ser muy segura y además sola y a esas horas de la noche? ¿estaba huyendo de alguien? o ¿por qué conducía tan rápido?

Todos esperaban que cuando Karen despertara pudiera contestar algunas de esas interrogantes. Sin embargo, Karen no recordaba nada. Los doctores mencionaban que esto era normal debido al trauma que había sufrido, pero que eventualmente su memoria se restablecería.

Tom y Karen regresaron después de unos días a su casa. Ella acudió con el doctor en varias ocasiones esperando que le pudiera ayudar a recobrar la memoria, sin embargo, esto no sucedió,  por lo que los hechos que acontecieron esa noche seguían siendo un misterio. Además del accidente, a Karen le inquietaba el hecho que sentía que alguien entraba a su casa cuando ellos no estaban, ya que en varias ocasiones había encontrado cosas fuera de su lugar, y para asegurarse que no eran alucinaciones, tomaba fotos de su casa antes de salir, para hacer la comparación de la ubicación de los objetos cuando regresara a ella.

Tom por su parte, seguía inquieto al no saber qué le había pasado a Karen,  sobre todo porque la vecina comunicativa (que todos tenemos), le comentó que hace unos días había visto a un hombre merodeando por su casa, y como ella “casualmente” pasaba por ahí, él aprovechó para acercársele y  preguntarle por Karen…

A la par de estos eventos, un grupo de policías encontró el cadáver de un hombre en una tienda abandonada justo en la zona donde Karen había chocado. Al susodicho no pudieron identificarlo ya que al parecer le habían robado sus pertenencias. Además, la policía encontró unos guantes de cocina que aparentemente pertenecían a una mujer…

¿Habrá una relación entre ese asesinato y el accidente de Karen? ¿Conocería Karen al difunto? No se pierda la respuesta a esta y otras interrogantes en el libro.

Es una historia “palomera”, está buena a secas, pero nada del otro mundo.

Mi calificación subjetiva:



martes, 12 de marzo de 2019

“La esperada” por Kathleen McGowan

 





Este libro tambiéééén es el inicio de una saga cuyo tema principal es el linaje de María Magdalena (por si le interesa profundizar en ese tópico).

Maureen Pascual es una escritora y periodista que decide realizar un libro cuyo principal objetivo es reivindicar a diversas mujeres cuyo lugar en la historia, no ha sido a su parecer, la más justa. Entre los personajes que decide investigar se encuentra María Magdalena y para documentarse más sobre su vida, viaja a Jerusalén.

Estando en Jerusalén, Maureen comienza a tener visiones sobre una mujer, a quien no reconoce y además que se sitúa en una época muuuy antigua (por su ropa y el contexto en donde se lleva a cabo la escena en cuestión). Sin prestarle mucha atención a esa “visión”, sigue su recorrido y entra a una tienda de antigüedades y demás souvenirs. Ahí, le llama la atención un anillo. El encargado del lugar la invita a que se lo pruebe, y al ver que le ajustaba bien, le dice que se lo quede, que no tiene que pagarle nada porque ese anillo le pertenece (haga de cuenta como Harry Potter cuando elige su varita en Ollivanders).

El tiempo transcurre y Maureen publica su libro el cual se convierte en un éxito rotundo y obviamente con ello llama la atención de mucha gente, entre ellos, Bérenger Sinclair, un millonario francés que pertenece a un tipo de sociedad secreta cuyo objetivo es encontrar el evangelio escrito por María Magdalena. Bérenger invita a Maureen a su mansión localizada en la región de Occitania en Francia para ahondar sobre María Magdalena. Maureen está temerosa por asistir sola, por lo que le pide a su primo Peter quien es sacerdote católico y quien es más como un hermano para ella, que la acompañe.

Ya en Francia, se da cuenta que en la región donde se encuentra más que una mera leyenda, María Magdalena ocupa un lugar muy importante en su historia y vida diaria. Bérenger se encarga de “abrirle los ojos” y contarle sobre la relevancia histórica de María Magdalena, ya que supuestamente fue esposa primero de Juan Bautista y luego de Jesús, y que, contrario a lo que nos han hecho creer, María Magdalena no era una mujer de la vida alegre, sino que procedía de una familia noble.

Además, se dice, que existe una persona descendiente de María Magdalena, conocida como “La esperada” (Vaya, ahora queda claro el título del libro), la cual podrá acceder a su evangelio y por fin dar a conocer su verdad que se cree la iglesia católica ha impedido que se descubra. Peeeero, porque siempre hay un pero, también existe otra sociedad secreta que reconocen a Juan Bautista como el verdadero Mesías y aborrecen a María Magdalena, por lo que harán todo lo posible porque ese evangelio no salga a la luz…

Si bien, la historia o los hechos que se mencionan en el libro son hasta cierto punto más impactantes que los expuestos en “El Código Da Vinci” (y recordemos todo el alboroto que se armó), no tiene como protagonista a Robert Langdon, ni cuenta con escenas de acción dignas de la película “Duro de Matar” que hicieron que el libro de Dan Brown se convirtiera en un éxito rotundo en su momento.

Es interesante las teorías que se manejan, así como las referencias hacia María Magdalena que supuestamente se hacen en obras de arte famosas, peeeero, no estoy segura de querer leer los demás libros de esta saga.

Mi calificación subjetiva:



martes, 5 de marzo de 2019

“Mi negro pasado” por Laura Esquivel




Este es el tercer libro de la serie que inició con “Como agua para chocolate” (el cual por cierto leí ya hace algunos ayeres y sí me gustó), y que continuó con el “Diario de Tita” (ese sí para que vea no lo he leído). Este es el clásico libro que se lee en una sentada (en su sala, baño, comedor, donde más le plazca pues) ya que no cuenta con muchas páginas y además el tamaño de letra no es nada pequeño…

María, es una mujer que sufre de depresión y para combatirla se refugia en la comida, lo cual hace que parezca todo menos una varita de nardo. La causa de tal estado emocional se debe a que después de desear taaaanto tener un hijo, resulta que se llevó tremenda sorpresa cuando al nacer Horacio (así se llama su bebé), se dieron cuenta que se había pasado de tueste (haga de cuenta como Soruyo), y aunque el niño era hermoso, el color de piel no era igual al de sus papás, por lo que el esposo de María, así como todos sus amigos/familiares/conocidos la tacharon de infiel, porque ¿qué otra explicación podían encontrar?

Para acabarla de amolar, la mamá de María falleció al poco tiempo de haber nacido Horacio, por lo que sus hermanos la culparon de haberle causado indirectamente la muerte  debido a su penosa “situación”. Durante el funeral de su mamá, apareció Lucía, su abuela, quien al darse cuenta del ambiente hostil y nada sano en el que se encontraba María, decidió llevarla a su rancho en Piedras Negras para que se alejara de toda la mala vibra que la rodeaba a ella y a su hijo.

La mamá de María había dejado de hablarle a Lucía hace muchos años, por lo que María no había tenido oportunidad de convivir con su abuela.

Durante su estancia, Lucía le cuenta a María sobre sus antepasados, ya que ella es tataranieta tanto de Gertrudis como de Rosaura de la Garza  (o sea,  es tatarasobrina de Tita), y se da cuenta que Horacio es igualito a su abuelo, el cual efectivamente era hijo de un mexicano y una afroamericana, pero debido al alejamiento de su madre con su familia, poco o nada sabía de ese “pequeño detalle”.

Esos días en el rancho le sirven a María para aprender a cocinar, a tejer, a reencontrarse con sí misma y convertirse en la mamá que Horacio merece.

Aunque la historia del libro trata de extrapolar la esencia de “Como agua para chocolate” a la actualidad, a mi parecer no lo logra y hasta se siente forzada en algunas ocasiones…

Mi calificación subjetiva: