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martes, 9 de abril de 2019

“The husband’s secret” by Liane Moriarty



Todos, sí usted también, TODOS tenemos secretos… algunos son vergonzosos, otros son parte de un pasado que ya no queremos recordar, y otros… si se supieran… lastimarían a nuestros seres queridos y es posible que hasta pudieran arruinar nuestras vidas (inserte sonido de “La Ley y el Orden” aquí).

Cecilia, es la típica señora multitasking, con familia perfecta y reconocida en su comunidad. Mamá de 3 niñas, vendedora estrella de Tupperware, comprometida con la escuela de sus hijas y cualquier actividad en la que sea requerida. Un día cualquiera, al estar buscando entre papeles archivados una información que su hija necesitaba para una tarea, encontró una carta de su esposo que había escrito cuando nació su hija mayor hace más de 10 años y en donde decía que la leyera sólo en caso que él muriera, y como no era el caso, pues no tenía por qué leerla… ¿O sí?

Su marido viajaba constantemente por su trabajo, y en ese instante se encontraba fuera del país, así que cuando más tarde se comunicó con ella vía telefónica, Cecilia le comentó sobre la carta que había descubierto. John-Paul (dícese el esposo), le dijo que era una carta sin importancia que había escrito cuando nació su hija mayor y que estaba llena de cursilerías, por lo que no era necesario que le diera mayor importancia, aunque no le gustaría que la leyera porque le daba vergüenza que conociera su lado cursi. Cecilia creyó en la explicación de su esposo y dejó de torturarse mentalmente sobre el contenido de la bendita carta, por lo que decidió no leerla… peeeeero, John-Paul regresó anticipadamente de su viaje y lo descubrió buscando la famosa carta a mitad de la noche, por lo que en ese momento supo que SÍ HABÍA ALGO IMPORTANTE EN ELLA, y decidió leerla…

Tess, estaba casada, tenía un hijo pequeño y vivía en Melbourne. Junto con su esposo Will y su prima Felicity, a la cual consideraba como su hermana, habían fundado una agencia de publicidad la cual estaba consolidándose y creciendo cada vez más. Todo parecía miel sobre hojuelas, hasta que Will y Felicity le confesaron que se habían enamorado (¡WTF! Como diría el dicho:  a la prima se le arrima). Tess entró en shock ante tal confesión, por lo que decidió de manera abrupta irse por un tiempo a Sidney con su mamá, la cual acababa de lastimarse el tobillo, por lo que con el pretexto de ir a cuidarla, tomó a su hijo y sus tiliches y esa misma noche se fue.

En Sidney, matriculó a Liam (su hijo) en St. Angela’s, su antigua escuela, ya que no sabía cuánto tiempo permanecería fuera de casa. Durante el proceso de inscripción se encontró con Connor, el actual profesor de educación física de la escuela y quien hace algunos años fue su noviecillo. Aunque el principio ese encuentro fue un tanto incómodo, Connor ayudó a Tess a sobrellevar el duro momento por el que vivía.

Rachel era una mujer ya mayor que trabajaba como asistente en St. Angela’s. Su vida había sido marcada por el asesinato de Janie, su hija adolescente, hace más de 20 años. Nunca se supo quién había sido el culpable de tal crimen, pero Rachel siempre sospechó de Connor, ya que fue la última persona que vio a su hija con vida. Después de la muerte de su hija, Rachel tuvo que enfrentar el fallecimiento de su esposo Ed, por lo que sólo quedaron ella y su hijo menor Rob. Rob estaba actualmente casado y tenía un hijo, Jacob, quien era la adoración de Rachel, sin embargo, a su esposa Laura le habían ofrecido una excelente oportunidad laboral por lo que se irían a vivir a Nueva York por dos años… ahora sí se quedaría sola por completo, y eso la deprimía mucho.

El libro narra cómo los caminos de estas 3 mujeres australianas se cruzan, y cómo el secreto de John-Paul las afecta directa o indirectamente dando como resultado una historia entretenida, con uno que otro giro inesperado, aunque a mi gusto, este libro no es taaaaan bueno como “Big Little Lies” de la misma autora.

Mi calificación subjetiva:



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