Si Amy Farrah Fowler y Sheldon Cooper tuvieran una hija, definitivamente sería Eleanor Oliphant, ya que comparte el mismo sentido de la moda que Amy y su capacidad de relacionarse con los demás de Sheldon…
Eleanor trabaja en el área contable de una agencia de publicidad y diseño. Su vida era bastante estructurada y rutinaria, así que no cabían las sorpresas o los cambios drásticos en ella, por lo que su tiempo se dividía entre el trabajo y su casa. Sus hobbies eran ver la tele, leer, escuchar la radio y tomarse unas copitas de vez en vez. En el trabajo era considerada prácticamente un activo fijo y no socializaba con nadie. Sus compañeros hacían comentarios cizañosos o mordaces sobre su vestuario, comportamiento y lenguaje pero Eleanor los consideraba ignorantes e iletrados así que no les daba mucha importancia (tipo Daria Morgendorffer). Cada semana recibía la llamada telefónica de su mamá, y ella sí tenía el poder de hacerla sentir mal con sus comentarios hirientes.
Así seguía su vida rutinaria y monótona, hasta que tuvo que acudir a un evento del trabajo y conoció al cantante de un grupo musical que actuó en él. Eleanor quedó flechada por el artista y decidió que él iba a ser su esposo, ya sólo faltaba que se le avisara al susodicho jajaja.
En su cabeza, armó todo un plan para conquistar al joven cantante, pero una serie de eventos desafortunados, hicieron que conviviera con Raymond, un joven que trabajaba en el área de sistemas de la agencia, hasta convertirse en lo más cercano a un amigo. Esto le ayuda a salir cada vez más de su cascarón y a enfrentarse a su obscuro pasado que sigue atormentándola y del cual, nos enteramos ya casi al final…
Es un libro bastante entretenido, ríes con las puntadas de Eleanor tratando de encajar en el mundo que existe fuera de su zona de confort y a la vez sufres por verla enfrentarse a sus miedos.
¡Ahora sí coincidimos en gustos mi amiga Reese y yo!
Mi calificación subjetiva:
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