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lunes, 4 de mayo de 2020

“Una jaula de oro” por Camilla Läckberg

 


De Camilla Läckberg si recordará querido lector, he leído varios libros (con su respectiva reseña) de la serie denominada “Crímenes de Fjällbacka”, la cual está compuesta por 10 obras y de las cuales me faltan por leer un poco más de la mitad. Pero insisto en el tema de las sagas, creo que son justificables cuando la historia es muuuuy laaarga que es necesario dividirse en varios libros para contarse, pero cuando se explotan los personajes o se abusa de la fórmula que fue exitosa una vez… ¡NO POR FAVOR! En este caso, este libro es una nueva historia, aunque ya leí que es el inicio de otra saga (¡Pero ¿qué necesidad?!).

Faye es la clásica señora abnegada, dedicada a su hija y a su marido al 100%. Vive en un departamento lujoso en Estocolmo y no le hace falta nada, excepto la atención de su marido Jack, quien al ser un empresario exitoso tiene la mente en otras cosas más importantes, por lo que cuando llega a su casa, no quiere que ni su esposa ni su hija los fastidien con trivialidades y casi casi pide que le quiten las botas y le soben los juanetes (excepto que como vive en Suecia, no creo que use botas vaqueras jaja). Faye al sufrir maltrato psicológico por parte de su marido, tiene su autoestima por los suelos y esto se refleja en su cuerpo, ya que como su marido no la baja de “gorda”, no mejora sus hábitos alimenticios y no puede salir del círculo vicioso.

Pero no siempre fue así, Faye es originaria de Fjällbacka (ya un lugar conocido por los lectores de Camilla). Durante su infancia y adolescencia sufrió de maltrato físico por parte de su papá, sin embargo, un evento fatal hizo que huyera de su ciudad de origen y se fuera a vivir a Estocolmo donde consiguió una beca para estudiar Economía. Ahí decidió que la Faye miedosa y “pueblerina” se había acabado, por lo que ese cambio de ciudad le permitiría reinventarse y enterrar su pasado aunque eso significara eliminar todos los obstáculos que se le cruzaran en el camino. Fue durante la universidad que conoció a Jack. Él también estudiaba Economía aunque era mayor por unos años. Era el clásico “Mirrey” conocido por toda la gente VIP de Estocolmo, ya que procedía de una familia de alcurnia, pero que se había quedado sin dinero.

Faye era muy inteligente y las clases no le costaban trabajo. Sin embargo, tuvo que abandonar la escuela ya casi por terminarla ya que Jack, quien ya se había graduado, intentaba fundar una compañía (cuya idea había sido de Faye por cierto), y entonces ella decidió trabajar de tiempo completo para que Jack no tuviera que preocuparse por generar ingresos y pudiera invertir su tiempo en lanzar la empresa.

La compañía fue todo un éxito y Faye pasó de ser una mujer inteligente, decidida, empoderada, segura de sí misma, a una señora que vivía en una jaula de oro con un celador bastante nefasto y que no dudaba en perseguir cualquier gorrión que se le cruzara por el camino (Lo peor es que eso es algo muy común en todos los estratos sociales).

Es una historia de venganza, de reinvención y aunque medio sabes hacia dónde se dirige la trama, es entretenida y reivindicadora.

Mi calificación subjetiva:



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